Un futuro inesperado

Pequeño homenaje a uno de mis libros de fantasia favoritos.

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—¡Feliz navidad! — dijo el resignado.

—¿Qué quieres decir? — pregunto el indignado— ¿Me deseas una Feliz navidad, que pase unas felices navidades, o quieres decir que son unas buenas navidades, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que son fechas en que conviene ser bueno?

—Todo eso a la vez —dijo el resignado—. Hace un día estupendo para quedarme calentito en mi casa.¡Total no podemos hacer nada por cambiar las cosas! —

—¡Muy bonito! —Dijo el indignado— Pero esta mañana no tengo tiempo para perder. Busco a gente que quiera una sociedad justa y que se oponga a los recortes. Un gobierno regido por el pueblo donde los derechos sociales y la democracia sean la base del mismo. Donde paguen los especuladores y los corruptos; y no los inocentes.

—Pienso lo mismo... pero no estoy acostumbrado a defender mis derechos saliendo a la calle. ¡Son cosas desagradables, molestas e incómodas que retrasan la cena! No me explico por qué atraen a la gente. No sirven para nada. —dijo el resignado. Luego sacó el móvil v se puso a juguetear con el, fingiendo ignorar al indignado.

Pero el indignado no se movió. Permaneció observando al resignado sin decir nada, hasta que el resignado se sintió bastante incómodo y aun un poco enfadado.

—¡Feliz navidad! —Dijo al fin—. ¡No queremos problemas aquí, gracias! ¿Por qué no probáis en otras comunidades? Yo tengo una hipoteca que pagar, y a mi algunas de esas cosas no me afectan —Con esto daba a entender que la conversación había terminado.

—¡Para cuántas cosas empleas el Feliz navidad!, —dijo el indignado—. Ahora quieres decir que intentas deshacerte de mí y que no serán felices navidades hasta que me vaya.

—¡De ningún modo, de ningún modo, mi querido señor!—. Veamos, no creo conocer vuestro partido o afiliación-

—¡No, mi querido señor, no vengo en nombre de ningún sindicato ni afiliación política ¡Yo soy un indignado; un trabajador, un miembro de la sociedad, una persona que ha dedicado su esfuerzo y su vida a tener una vida digna. Con una merecida sanidad, educación y jubilación; así como un futuro para las siguientes generaciones, ¡¿Quién iba a pensar que un presidente que no fue elegido por la mayoría del pueblo, sino por un sistema electoral fraudulento; iba a llevarnos a esta situación?! ¡¿Quién iba a pensar que un trabajador me daría la feliz navidad como si fuese el problema o el causante de los mismos!

—¡Un indignado! ¡Válgame el cielo! ¿No sois los que os habéis manifestado ante el congreso?¿Los que parecéis en los videos de youtube recibiendo brutales palizas por la policía? ¿No sois vosotros los que estáis en contra de los desahucios?¿No sois quienes peleáis por una sanidad publica?¿No sois quienes que salís a la calle en los días de huelga pese al miedo de ser despedidos impunemente por la nueva reforma laboral?¡Os recuerdo! Os pido perdón, pero no tenía ni idea de que todavía estuvieseis en actividad.

—Nosotros y más gente que comparte nuestras ideas. Hay muchas iniciativas y grupos organizados con un mismo objetivo. Cambiar la situación  ¿Dónde si no iba a estar sino en las calles? —dijo el indignado—. De cualquier modo me complace descubrir que sabes algo de nosotros. De hecho vengo a pedirte que te unas a mí.. Para frenar los recortes. No hay otra opción que salir a las calles.

—¡Disculpad! No quiero ninguna aventura, gracias, Hoy no. ¡Feliz navidad! Ya pondré un +1 en vuestro perfil de Facebook  ¡Adiós! —Con esto el indignado retrocedió escabulléndose por la metálica puerta del portal de su casa, y la cerró lo más rápido que pudo sin llegar; a parecer grosero. Al fin y al cabo, un indignado es un indignado. En la televisión pública los muestran como gente violenta. 


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No quiero que me deseeis feliz navidad, gente. No es momento de alegrarse, sino de luchar.